El Parlamento Europeo ha aprobado hoy un informe en el que subraya su visión para el futuro de Europa, antes de la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno en Sibiu (Rumanía), en mayo de 2019.  El informe utiliza como base la serie de debates celebrados en el Parlamento Europeo con los líderes nacionales a lo largo del año pasado.

El eurodiputado del Grupo S&D y autor del informe del Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui Atondo, afirmó:

“En mayo, los presidentes y primeros ministros y ministras de la Unión Europea se reunirán en Sibiu para establecer un nuevo rumbo para la Unión Europea. Este informe es la contribución del Parlamento Europeo a ese debate sobre el futuro de Europa. En tiempos del Brexit y de un renovado nacionalismo en toda Europa, es esencial encontrar energías renovadas para avanzar el proyecto europeo. Este informe subraya que hay que afrontar juntos los retos del futuro, del cambio climático a la evasión fiscal o la migración; solo funcionarán las soluciones comunes. Debemos reconocer los éxitos logrados hasta la fecha; pero también establecer medidas concretas para lograr una mayor integración. 

“En el informe, el Parlamento Europeo ha destacado su compromiso con el proceso del “Spitzenkandidat” (cabeza de lista), según el cual el próximo presidente o presidenta de la Comisión Europea debe ser un candidato presentado por una agrupación política que pueda liderar a una mayoría en el Parlamento Europeo. Hemos subrayado la necesidad de que Europa repare finalmente sus políticas de asilo y migración que están quebrantadas, sustituyendo el actual sistema de Dublín, en base al cual los solicitantes de asilo deben presentar su solicitud en el primer país de la Unión Europea al que lleguen. 

“Europa no puede ser solamente un mercado común; también necesitamos un pilar social fuerte para que nuestra Unión funcione efectivamente. En un momento de creciente desigualdad de riqueza, la próxima Comisión Europea debe volver a situar la política social en el centro de la Unión Europea. Ello debe ir de la mano de las reformas de la Eurozona que hacen falta, con una competencia compartida de las políticas económicas y fiscales, la conclusión de la Unión Monetaria y un presupuesto específico de la Eurozona. Medio siglo después del Tratado de Roma, debemos encontrar una energía y un propósito renovados para nuestra Unión”.