Europa no debe olvidar a Afganistán en un momento en el cual la atención del mundo se centra inevitablemente en la guerra contra Ucrania. La Resolución de hoy sobre la situación de los derechos de las mujeres en Afganistán, adoptada por el Parlamento Europeo, es un claro llamamiento a los talibanes para que dejen que las niñas afganas puedan acceder a la educación y pongan fin a la brutal opresión de las mujeres. El Ministerio del Vicio y la Virtud, que fue reinstaurado por los talibanes, no tiene cabida en el mundo actual, subrayan los Socialistas y Demócratas.
Durante las negociaciones sobre la Resolución, los Socialistas y Demócratas se han esforzado en asegurarse de que se repudiara inequívocamente el trato de los talibanes a las mujeres. Por lo tanto, insistimos en incluir el llamamiento de que se les garantice a todas las mujeres y las niñas el pleno acceso a la atención sanitaria reproductiva. Otro punto clave ha sido incluir el llamamiento de que la Unión Europea proteja a otros grupos vulnerables; en particular a las personas LGBTQI+ y a los refugiados y las refugiadas de Afganistán. Los intentos de las fuerzas reaccionarias –el PPE (Partido Popular Europea), el CRE (Conservadores y Reformistas Europeos) y el ID (Identidad y Democracia)– de eliminar estos elementos fundamentales se han evitado con éxito.
Maria Arena, negociadora del Grupo S&D para la Resolución sobre la situación de los derechos de las mujeres en Afganistán, dijo:
“El apartheid de género en Afganistán debe acabarse. Al imponer restricciones medievales a las mujeres y las niñas, negando la educación secundaria a más de un millón de niñas, así como impidiendo el derecho de la mujer al trabajo y a la atención sanitaria, el régimen brutal de los talibanes está convirtiendo a Afganistán en el país más peligroso para las mujeres. La Unión Europea no debe descansar hasta que todas las niñas afganas vuelvan al colegio y hasta que las mujeres afganas puedan volver a prosperar como ministras, juezas, abogadas y embajadoras.
“Debemos estar atentos a Afganistán en el constante entrelazamiento de varias crisis. Es nuestra responsabilidad y nuestro deber hacia su pueblo, teniendo en cuenta también las enormes inversiones de la Unión Europea en el país a lo largo de las dos últimas décadas. Debemos encontrar la manera de ayudar a los afganos y las afganas sin legitimar el régimen talibán”.
