Las perspectivas de lograr un acuerdo nuclear, internacional y global, con Irán en el plazo de finales de junio que se ha acordado sigue siendo “difícil, pero totalmente posible”, según los miembros Socialistas y Demócratas de una delegación europea que regresa hoy, lunes 8 de junio, después de dos días de conversaciones en Teherán, a donde se desplazó para fomentar la confianza.

La delegación del Parlamento Europeo “mantuvo conversaciones extraordinariamente informales y constructivas, que incluyeron el reconocimiento de las áreas donde hay desacuerdo desde hace mucho tiempo”, según el coordinador de Asuntos Exteriores, Richard Howitt, y su colega eurodiputado del S&D Josef Weidenholzer, que formaron parte de la delegación de siete miembros del Parlamento Europeo.

El Grupo de los Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo afirma que la delegación estuvo atenta para no distraerse ante posibles desacuerdos locales sobre formalidades y el acceso de los medios de comunicación a los eventos, lo cual podría haberles dado bazas a los que se oponen al acuerdo. 

Los miembros del Grupo S&D explicaron que en los encuentros se habló de cómo Irán estaba avanzando hacia el acuerdo de medidas adicionales de fomento de la confianza equivalentes al “Protocolo Adicional” del Tratado de No Proliferación Nuclear, de cómo el propio calendario político interno de Irán, así como el del Congreso de los Estados Unidos, formularon el imperativo de lograr un acuerdo este mes, y de cómo se les permitió quedar impresionados por la sinceridad de Europa en relación con el cumplimiento de sus compromisos sobre el levantamiento de las sanciones, siempre que el acuerdo alcanzado puede entrar plenamente en vigor para satisfacción de ambas partes. Ambas partes acordaron que el Tratado de Lausana sigue siendo el único marco válido para alcanzar el acuerdo final.

En cuanto a los derechos humanos, los miembros del Grupo S&D plantearon su preocupación de que un gran aumento del uso de la pena de muerte pueda tener una posible repercusión negativa y conservadora en las perspectivas de lograr un acuerdo nuclear; pero que se honrarán las fechas que se obtengan en relación con las invitaciones pendientes de visitas de dos ponentes sobre derechos humanos de las Naciones Unidas.

La delegación mantuvo conversaciones específicas sobre los conflictos en Irak, Siria y Yemen, y deseó la plena reanudación del diálogo político entre la Unión Europea e Irán, y la apertura de una embajada de la Unión Europea en Teherán, si se logra el acuerdo nuclear. 

El eurodiputado Richard Howitt, coordinador de Asuntos Exteriores del Grupo S&D, dijo:

“Las diferencias entre los conservadores y los reformistas con los que nos reunimos fueron evidentes; pero nuestra impresión fue que un acuerdo nuclear emergente cuenta con un amplio apoyo a lo largo del espectro político y entre la sociedad de Irán. Fue gratificante ver cómo los encuentros fueron notablemente más informales y constructivos, y cómo se compararon todos los intereses, en relación con intentos anteriores, incluyendo el reconocimiento de áreas donde hay desacuerdo desde hace mucho tiempo.

“Las perspectivas de lograr un acuerdo que apoyen todas las partes parece difícil, pero es totalmente posible. Sin embargo, está claro que el crédito político por cualquier acuerdo podría ser decisivo para determinar si los moderados triunfan en las elecciones parlamentarias del país, el próximo año.

“Se invitó a nuestra delegación para demostrar la sinceridad de Europa en relación con el cumplimiento de nuestros propios compromisos, si se logra un acuerdo que pueda ejecutarse plenamente para satisfacción de ambas partes, y era importante que aprendiésemos de experiencias pasadas y que desacuerdos en una serie de áreas no evitasen que se debata sobre ellas de forma constructiva y respetuosa”. 

El eurodiputado Josef Weidenholzer añadió:

“Las conversaciones confirmaron que ambas partes comparten intereses comunes como la lucha contra DAESH/EIIL y contra la propagación de la ideología extremista asociada a ellos. Un acuerdo exitoso que garantice una naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear iraní facilitaría la cooperación para abordar amenazas contra la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio y Afganistán/Paquistán.

“También desataría el pleno potencial de las relaciones entre la Unión Europea e Irán en áreas como el comercio, la diversificación de las fuentes de energía de Europa y el medio ambiente, entre otras. Dadas sus largas relaciones comerciales, culturales e históricas con Irán, Europa debe asumir el liderazgo para garantizar el acuerdo final. A largo plazo, un Irán más abierto también creará mejores condiciones para el respeto de los derechos humanos; una situación en la que Irán sigue preocupando mucho a la opinión pública europea”.