Después del bombardeo de Guta oriental, en las afueras de Damasco, que está en manos de los rebeldes, por parte de las fuerzas de gobierno sirio, el vicepresidente de Asuntos Exteriores del Grupo S&D, Victor Boştinaru, afirmó:

“Las habitantes de Guta oriental están bajo asedio del régimen sirio desde 2013. Es uno de los últimos bastiones rebeldes que escapa al control del régimen. Después de las acusaciones de utilizaciones diversas del cloro por parte del régimen, en las últimas semanas, y de un asedio que ha empeorado desde diciembre, hiriendo, causando inanición y la muerte a cientos de personas, el régimen ha intensificado más los ataques aéreos en las últimas 24 horas, dirigiéndose contra infraestructuras y contra civiles. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado de 94 muertes desde entonces, incluyendo a 20 niños. La situación humanitaria está fuera de control y el acceso de la ayuda se ha denegado una vez más.  

“Las señales de alerta de esta catástrofe humanitaria en Guta se han visto desde hace mucho, pero el mundo ha preferido mirar hacia otro lado. Parece que la comunidad internacional se mantendrá al margen y observará una vez más la masacre del pueblo sirio por parte de Assad, con el apoyo de las fuerzas rusas e iraníes, como hicieron en Aleppo.

“Les pedimos a todas las partes del conflicto, así como a los garantes de las cuatro zonas de desescalada, que tomen todas las medidas necesarias para garantizar un alto al fuego inmediato, la protección del pueblo sirio, el respeto de la Legislación Humanitaria Internacional y el acceso humanitario de urgencia. El único puente para el futuro del pueblo sirio es un alto al fuego y una solución política liderada por las Naciones Unidas, que incluya mecanismos de aplicación y supervisión de la ONU”.