La Comisión Europea ha presentado hoy su propuesta sobre un nuevo instrumento comercial que facultaría a la Unión Europea para imponer contramedidas a terceros países que intenten coaccionar a la Unión Europea o a sus Estados miembros. Con esta nueva herramienta, la Unión Europea podría imponer restricciones al comercio y a la inversión, así como a los derechos de la propiedad intelectual, si la otra parte no diera marcha atrás o no se pusiera de acuerdo a fin de encontrar una solución que sea conforme a las normas internacionales. El Parlamento Europeo había instado a la Comisión Europea a presentar ese “instrumento anti-coerción”, que todavía requiere la aprobación del Parlamento Europeo y de los gobiernos de la Unión Europea.
Bernd Lange, eurodiputado del Grupo S&D, presidente de la comisión de Comercio del Parlamento Europeo y ponente del informe, dijo:
“La Unión Europea se enfrenta a realidades geopolíticas: los últimos meses y años han ilustrado cómo la política comercial se utiliza cada vez más como un arma política. Este comportamiento despiadado es totalmente inaceptable y la Unión Europea debe dotarse de herramientas que le permitan defender sus propios intereses. Ahora debemos establecer un enfoque global de lo que constituye la coerción y cómo debe responder la Unión Europea a estos actos agresivos. De restricciones a la inversión a sanciones sobre los derechos de propiedad intelectual, nos hace falta una caja de herramientas completa. Un orden comercial multilateral que se base en normas sigue siendo nuestra prioridad, pero no somos tontos”.
Marek Belka, eurodiputado del Grupo S&D y vicepresidente responsable de Comercio Internacional, afirmó:
“Con este nuevo instrumento de sanciones, la Unión Europea puede convertirse finalmente en un actor geopolítico que tiene poderes reales. Aprovechando el peso económico de sus 27 países, la Unión Europea estará en condiciones de defender a sus Estados miembros frente a ataques injustos. Que se diera a la Comisión Europea el poder ejecutivo de tomar esta decisión, sin depender de la unanimidad en el Consejo de la Unión Europea, conseguiría que el mecanismo de sanción cambiara realmente la postura de la política exterior de la Unión Europea. Como europeos y europeas seremos más fuertes juntos, en un entorno internacional que es cada vez más duro”.
