“Escocia es parte de Europa; de eso no hay duda. Y no hay duda de que formar parte de una gran familia histórica como el Reino Unido tiene más ventajas que desventajas en Europa y en el mundo. Por lo tanto, nos preocupa mucho la posibilidad de que gane el Sí en el referéndum escocés.

“Si estudiamos atentamente la desestabilización de la situación internacional que hay a nuestro alrededor y la profundización de la actual crisis económica, no nos parece que abandonar el Reino Unido sea una decisión sabia.

“Está claro que la admisión de Escocia en la UE no sería ni tan automática ni tan fácil como afirman los que apoyan el Sí. Podría tardar años. Escocia tendría que solicitar convertirse en un nuevo Estado miembro y la adhesión tendría que ser aprobada por todos los demás Estados miembros, una situación que no sería fácil, especialmente cuando a muchos Estados les preocupan las implicaciones de los movimientos de independencia en casa.

“Que Escocia esté fuera de la Unión Europea significa que la frontera entre Inglaterra y Escocia sería una frontera de aduanas, con controles y tarifas. Terminaría la financiación regional de la UE. Los derechos de pesca tendrían que renegociarse desde el exterior. Y eso es solo el principio de una lista muy larga de desventajas. Una Escocia independiente no tendría el derecho automático a recibir varios tratos especiales que se la han concedido al Reino Unido en las últimas décadas, desde la devolución presupuestaria a no tener obligación de unirse al euro o de participar en el área Schengen sin controles fronterizos. A ningún nuevo estado miembro se le ha concedido semejante trato especial.

“Es más, ¿estamos realmente seguros de que el verdadero interés de Escocia se defenderá mejor en el contexto europeo y mundial como un estado pequeño que se acaba de independizar que como parte de un Reino Unido mayor e internacionalmente más fuerte? Escocia estará en mejor posición de luchar por una situación mejor junto a la población de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, donde todos hacen frente a los mismos retos. 

“Creemos profundamente que una Escocia en el Reino Unido puede dar más esperanza a los ciudadanos. Alex Salmond no ha conseguido involucrarse con la Izquierda de Europa; el SNP no ha mostrado su compromiso para que Escocia sea un país más progresista, con sus amigos de la gran empresa y el compromiso de bajar el impuesto de sociedades.

“La lucha adecuada debe ser conseguir que el Reino Unido sea cada vez más justo socialmente, en lugar de ir por libre y asumir los riesgos que ello conlleva. Nos hace falta una Escocia que sea más fuerte en el Reino Unido para que Europa sea mejor y más eficaz”.