Después del anuncio de la Universidad Centroeuropea (CEU, por sus siglas en inglés) de que, después de 25 años, se irá de Budapest a Viena, el próximo año, el líder del Grupo S&D, Udo Bullmann, afirmó:
“Es uno de los momentos más oscuros para la libertad académica en Europa, desde la época del fascismo. El CEU se fundó en un intento de tender puentes entre Oriente y Occidente, tras la caída del Telón de Acero, y se considera una de las mejores universidades de la región. Es un escándalo que ahora, después de 25 años en Budapest, les hayan echado.
“Es increíble que un líder autocrático de un Estado miembro de la Unión Europea pueda actuar así. Orbán sale triunfal de otra batalla más, sin consecuencias dentro del PPE (Partido Popular Europeo). A los conservadores les gusta hablar de los valores europeos, la democracia y el imperio de la ley; pero, cuando se trata de protegerlos, permiten que Orbán haga lo que quiera. Es increíble que se permita que un líder autocrático de un Estado miembro de la Unión Europea juegue así mientras sigue siendo miembro de la familia del PPE”.
El eurodiputado Istvan Ujhelyi, líder de la delegación húngara del Grupo S&D, añadió:
“En un acto increíble de traición, el líder del Grupo PPE, Manfred Weber, que quiere convertirse en presidente de la Comisión Europea, básicamente sacrificó el imperio de la ley y la democracia en el altar del rédito político a corto plazo. Es preocupante en un hombre que quiere dirigir una institución que se supone que defiende esos mismos principios. Las llamadas “líneas rojas” del PPE han empezado a cruzarse reiteradamente, sin ninguna consecuencia o repercusión que pudiera instar al Gobierno húngaro a reconsiderar sus planes.
“La marcha del CEU marca un día oscuro para la democracia y la libertad académica, y para Hungría. En un país en el que se silencian las voces de la oposición, se cierran periódicos y se persigue a ONGs, la Universidad ofrecía una plataforma independiente para el debate y la libertad de expresión. Líderes antiliberales como Orbán temen no poder controlar o adquirir fondos robados de la Unión Europea; por eso el CEU se ha visto forzado a irse de Hungría. Más del 80% de los estudiantes estudiarán ahora en Viena, mientras Budapest perderá a algunos de sus mejores profesores y de sus estudiantes más brillantes, junto a educación y fondos de investigación significativos”.
