Hoy, la comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género (FEMM) del Parlamento Europeo ha adoptado un informe elaborado por la eurodiputada del Grupo S&D Maria Noichl sobre la regulación de la prostitución en la UE. El informe señala que la prostitución, su explotación y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual son formas de violencia de género, y por tanto constituyen una violación de los derechos de las mujeres y la dignidad humana, lo que representa un problema transfronterizo. Por consiguiente, el informe pide un planteamiento a escala europea para afrontar la prostitución descriminalizando a las personas que trabajan en ella y apoyando a aquellas que desean dejarla, al tiempo que se hace frente a los compradores de sexo y a terceros explotadores.
La prostitución afecta a las personas más marginalizadas de nuestras sociedades, y la mayoría de la gente que trabaja en la prostitución son mujeres y niñas, mientras que la mayoría de los compradores son hombres. El informe reconoce que hay una minoría que afirma ejercer la prostitución por voluntad propia. Sin embargo, la mayoría de las mujeres que trabajan en la prostitución la dejarían si tuvieran una alternativa realista.
El informe se votará en el Pleno de septiembre.
Maria Noichl, autora del informe y coordinadora del Grupo S&D en la comisión FEMM, ha declarado:
“Me alegra que no hayamos rehuido este tema tan controvertido, que ha dividido al movimiento feminista durante demasiado tiempo, y lo hayamos incluido en la agenda europea. El sistema de la prostitución tiene un carácter profundamente sexista, racista y marginalizante, que refleja las desigualdades sociales y económicas dentro de la UE y en el mundo: alrededor del 70% de las personas que ejercen la prostitución en la UE son de origen migrante. Creo que el principal cometido de los responsables políticos es garantizar la protección de las personas más vulnerables de la sociedad y darles voz, especialmente a las mujeres que trabajan en la prostitución, que han sido tradicionalmente ignoradas, marginalizadas y estigmatizadas en nuestras sociedades.
Las leyes que liberalizan la prostitución y se concentran en los derechos sociales y laborales dan por sentado que las mujeres se dedican a la prostitución por voluntad propia. Pasan por alto las causas profundas de por qué las mujeres ejercen la prostitución: la pobreza, la exclusión social, la falta de alternativas o unas vías de migración legales y seguras... La liberalización no nos ayuda a combatir la coacción, la violencia y la estigmatización que padecen a diario muchas mujeres que trabajan en la prostitución. No ayuda a aquellas que quieren abandonar. Además, estas leyes sirven de tapadera para los tratantes de personas, que utilizan la infraestructura jurídica para ocultar sus actividades delictivas.
Debemos estar al lado de la mayoría de las mujeres que trabajan en la prostitución, que no la conciben como un trabajo normal, sino como una forma de violencia y la dejarían si pudieran. Este informe destaca que las personas que ejercen la prostitución no deben ser criminalizadas bajo ningún concepto, sino que la clave para eliminar la prostitución es reducir la demanda dirigiéndose a los compradores de sexo. Debemos actuar a escala europea, abordar las causas profundas que empujan a las mujeres a la prostitución y respaldar a aquellas que quieren dejarla, con un apoyo realista y razonablemente financiado y programas de salida”.
Heléne Fritzon, eurodiputada del Grupo S&D y vicepresidenta responsable de igualdad de género, ha añadido:
“¡La adopción del informe de hoy es una clara señal y exige soluciones europeas para abordar la prostitución!
El informe sugiere un planteamiento europeo basado en el denominado modelo nórdico. La decisión de Suecia de introducir la Ley de compra de sexo partió del punto de vista de la igualdad de género y los derechos humanos. La UE tiene que tomar medidas para que se deje de comerciar con el cuerpo de las mujeres en el mercado único y reforzar nuestro trabajo encaminado a eliminar todas las formas de violencia de género”.
