Bajo el liderazgo del Grupo S&D, está previsto que el Parlamento Europeo dé mañana la luz verde definitiva a un nuevo instrumento de la UE para luchar contra las amenazas económicas y las restricciones comerciales desleales por parte de terceros países.

Gracias a ello, la UE podrá aplicar medidas de represalia contra terceros países que ejerzan coerción económica sobre ella o uno de sus Estados miembros. Un ejemplo son las restricciones comerciales que China impuso a Lituania después de que anunciara que estaba mejorando su cooperación con Taiwán en junio de 2021. También podría haberse recurrido a la nueva herramienta cuando el ex presidente Trump amenazó con tomar represalias contra los impuestos digitales de la UE.

Conforme al Reglamento negociado por el ponente del Parlamento Europeo Bernd Lange, eurodiputado del Grupo S&D y presidente de la comisión de Comercio del Parlamento, la Comisión Europea dispondrá de un máximo de 4 meses para examinar si una medida adoptada por un tercer país es o no coercitiva. Tras ello, el Consejo de la Unión Europea tendrá que confirmarlo por mayoría cualificada en un plazo de entre 8 y 10 semanas. Por último, la Comisión Europea tendrá que decidir sobre la naturaleza de la respuesta en un plazo de 6 meses. El objetivo del instrumento contra la coerción es actuar como elemento disuasorio, permitiendo a la UE resolver conflictos comerciales a través de la negociación. No obstante, como último recurso, también podría utilizarse para poner en marcha contramedidas contra un tercer país, lo que podría incluir toda una serie de restricciones relacionadas con el comercio y la inversión.

El eurodiputado del Grupo S&D Bernd Lange, presidente de la comisión de Comercio del Parlamento Europeo y ponente del expediente, ha declarado: 

“Este es un paso importante para la seguridad económica de la UE. Estamos dotando a la UE de una nueva herramienta dentro de nuestro arsenal de medidas destinadas a hacer que la política comercial de la UE sea más autónoma y enérgica frente a las prácticas contrarias a la competencia. Obviamente, el principal objetivo del instrumento contra la coerción es servir de elemento disuasorio, pero, si fuera necesario, la UE debe poder mostrar toda su fortaleza y adoptar una posición clara contra la intimidación o el uso del comercio como arma política. La aplicación de contramedidas constituye un último recurso, pero estamos preparados/as para hacer valer la soberanía europea. Debemos proteger el derecho de la Unión a tomar decisiones políticas democráticas y soberanas sin enfrentarse a coerción.

“Ha llegado el momento de que este Reglamento entre en vigor y de que la UE siga tomando la delantera a nivel mundial junto con sus socios afines. Me alegra que el Parlamento Europeo vaya a participar en todas las fases del proceso, incluso siendo informado de la evaluación de la coerción por parte de la Comisión antes que el Consejo. También hemos conseguido fijar unos plazos claros para la reacción de la UE y un marco sólido para obtener una reparación de los daños y perjuicios. Se ha defendido y reforzado el papel del Parlamento, y aguardamos con interés la rápida ejecución del instrumento”.

Nota para los redactores/as: 

El debate plenario sobre la coerción económica por parte de terceros países está previsto para esta tarde alrededor de las 19h30.
 

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Alemania
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