Hoy, el Parlamento Europeo ha enviado un mensaje claro con la adopción de un informe en materia de filiación y creación de un certificado de filiación: los derechos parentales deben reconocerse en toda la UE independientemente del modo en que el niño o niña haya nacido o el tipo de familia al que pertenezca.

La propuesta de Reglamento tiene por objeto proteger los derechos fundamentales de los niños y niñas y aportar seguridad jurídica a las familias garantizando que las relaciones parentales establecidas en un Estado miembro también se reconozcan en otros países de la UE. A tal fin, propone que se adopten normas uniformes a escala de la UE, se cree un certificado de filiación europeo, que reconozca la relación paterno-filial, y se reduzcan los costes legales y la carga administrativa para las familias.

Los Socialistas y Demócratas han conseguido introducir varias disposiciones: facilitar al máximo el acceso al reconocimiento, garantizando que los y las menores y sus familias solo tengan que facilitar documentos a las autoridades una vez; adaptar conceptos clave del Reglamento a términos neutrales para asegurar que se apliquen a todas las familias, también las familias LGBTIQ; reducir la burocracia, los costes legales y la carga para las familias y los sistemas judiciales y administrativos de los Estados miembros; y animar a los Estados miembros a organizar formaciones para jueces, profesionales del Derecho y las autoridades estatales competentes.

Maria-Manuel Leitão-Marques, eurodiputada del Grupo S&D y ponente sobre competencia, Derecho aplicable, reconocimiento de las resoluciones y aceptación de los documentos públicos en materia de filiación y creación de un certificado de filiación europeo, ha declarado:

“Si eres padre o madre en un Estado miembro, lo eres en todos los Estados miembros.

“En la actualidad, una misma familia podría verse sometida a leyes distintas en distintos Estados miembros para determinar la filiación de un menor. Esto conlleva que los menores puedan perder a sus progenitores, en términos jurídicos, cuando entran en otro país.

“Ningún menor debería sufrir discriminación por el modo en que ha sido concebido, ha nacido o el tipo de familia a la que pertenece. Por ello, este Reglamento resultaría especialmente positivo para las ‘familias arcoíris’ —cuyas relaciones paterno-filiales no están actualmente reconocidas en todos los países de la UE— o para los niños y niñas adoptados dentro de un Estado miembro por uno o dos progenitores. 

“A pesar de la oposición de varios países de la UE, pedimos a los Estados miembros que presenten una propuesta que sitúe los derechos del menor por encima de los intereses políticos o partidistas.

“¡Queremos garantizar que todos los niños y niñas tengan los mismos derechos en la UE! Esto incluye el derecho a la manutención y los derechos sucesorios, así como el derecho a la escolarización y la educación en otro Estado miembro. Con este Reglamento, queremos reforzar los derechos de todos los niños y niñas sin discriminación, así como garantizar que todos y todas disfruten de sus derechos y conserven su estatuto jurídico en situaciones transfronterizas independientemente de su situación familiar”.

Próximos pasos

Tras la adopción del informe por el Parlamento, el Consejo puede aprobarlo o rechazarlo. Al tratarse de un Reglamento del Consejo sujeto al procedimiento de consulta, el Consejo no está obligado a acatar la opinión formulada por el Parlamento. El Consejo decidirá sobre esta propuesta por unanimidad.

Eurodiputados que participan
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