
Hemos dado prioridad al cáncer en la agenda europea de salud puesto que esta enfermedad se considera la principal causa de muerte en la Unión Europea. Nuestro Grupo ha luchado por crear una Comisión Especial sobre Lucha contra el Cáncer (BECA), que durante 18 meses ha estudiado maneras de prevenir, diagnosticar y combatir el cáncer. Acogimos con satisfacción el Plan contra el Cáncer de la Comisión, que se está aplicando en la actualidad. Este proporciona un compromiso financiero de 4.000 millones de euros de financiación, incluidos 1.250 millones de euros procedentes del presupuesto del programa UEproSalud.
Dado que la salud mental lleva años deteriorándose —y empeoró durante la pandemia de Covid-19— hemos puesto este problema de salud pública en el punto de mira de la Unión Europea. Presionamos con éxito a la Comisión Europea para que desarrollara un enfoque global con respecto a esta cuestión y el Grupo S&D se puso a la cabeza del primer informe del Parlamento en materia de salud mental, en el que se pedía un plan de acción estructurado a escala europea y nacional con financiación específica y reforzada.
El Grupo S&D inició la creación de la comisión COVI, que, a lo largo de 18 meses, examinó de forma crítica e integral el impacto que estaba teniendo la pandemia de Covid-19 en la vida cotidiana de las personas. También analizó los efectos a nivel social, económico y global, así como en la salud, los derechos fundamentales y la democracia. Gracias al impulso del Grupo S&D, la comisión adoptó recomendaciones concretas para una mejor preparación ante futuras crisis sanitarias. Esto incluye recomendaciones para que el mecanismo de adquisición conjunta se refuerce y sea transparente al objeto de evitar conductas del “yo primero” durante las crisis. Más allá de los tiempos de crisis, esto permitiría a la UE adquirir conjuntamente vacunas, tratamientos y otros suministros médicos. Además, el mecanismo de adquisición conjunta facilitaría la adquisición de medicamentos caros o innovadores, especialmente para el tratamiento de enfermedades raras, nuevas o menos investigadas.
Hemos contribuido a salvaguardar la salud de la ciudadanía de la UE mejorando la preparación, fomentando la colaboración y permitiendo una respuesta rápida a través del nuevo Reglamento sobre amenazas transfronterizas graves para la salud.
Hemos reforzado la capacidad de la UE para responder a las amenazas sanitarias promoviendo la colaboración entre los Estados miembros mediante la ampliación del mandato del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades. Hemos hecho hincapié en los conocimientos científicos, la cooperación internacional y la preparación para mejorar la capacidad de la UE de proteger la salud y el bienestar de su ciudadanía en un panorama sanitario mundial en rápida evolución.
Con el Reglamento relativo al papel reforzado de la Agencia Europea de Medicamentos, hemos demostrado un firme compromiso con la protección de la salud de la ciudadanía de la UE ante posibles crisis de salud pública. Este Reglamento, que se centra en la preparación ante las crisis, así como en mitigar la escasez de medicamentos y agilizar las autorizaciones, constituye un paso positivo para garantizar la resiliencia del sistema sanitario de la UE.
Abogamos por mitigar la escasez de medicamentos, lo que empujó a la Comisión a poner en marcha un Mecanismo Voluntario Europeo de Solidaridad para los Medicamentos y adoptar una lista de la Unión de medicamentos esenciales. El Mecanismo Voluntario Europeo de Solidaridad señala las necesidades de los Estados miembros de un medicamento dado a otros Estados miembros, los cuales pueden responder redistribuyendo los medicamentos de sus existencias. La Plataforma Europea de Seguimiento de Existencias, que se encuentra en fase de desarrollo, también contribuirá a la consecución de este objetivo.
Hemos contribuido en gran medida a reforzar el programa UEproSalud, con un presupuesto importante y objetivos generales. Este programa desempeña un papel fundamental a la hora de abordar problemas sanitarios inmediatos, apoyar iniciativas sanitarias a largo plazo y fomentar la colaboración entre los Estados miembros.
Hemos logrado un acuerdo sobre un Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) que dará a las personas control y autonomía sobre sus datos sanitarios al tiempo que se respeta el marco europeo de protección de datos. Este contribuirá a que los datos sanitarios se utilicen para mejorar la prestación de asistencia sanitaria, incluidas la investigación y la innovación. Los avances en oncología, enfermedades neurológicas, enfermedades raras y otros ámbitos con necesidades médicas no cubiertas, por ejemplo, se beneficiarán de los frutos de investigaciones facilitadas gracias al acceso a los conjuntos de datos más amplios y numerosos proporcionados en el marco del EEDS. Además, este Espacio facilitará la elaboración de políticas y permitirá que la UE aproveche plenamente el potencial que ofrecen la utilización, la reutilización y el intercambio seguros y protegidos de datos sanitarios.
No solo nos comprometemos a tratar las cuestiones de salud, sino que también queremos tener una visión más amplia y abordar las causas profundas adoptando un enfoque preventivo de los problemas relacionados con la salud. Esto implica legislar mejor sobre alimentación, tabaco, productos químicos y medio ambiente para proteger a la ciudadanía.
Queremos reducir los productos químicos tóxicos a través de la revisión de legislación fundamental relativa al registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias y mezclas químicas (REACH), lo que resulta imprescindible para lograr un medio ambiente de contaminación cero y garantizar un elevado nivel de protección de la salud humana frente a sustancias nocivas.
La contaminación atmosférica se cobra casi 300.000 vidas prematuramente al año en la Unión Europea, lo que la convierte en la mayor amenaza medioambiental para nuestra salud. La contaminación atmosférica contribuye a un amplio abanico de problemas de salud, como los ataques al corazón, los derrames cerebrales, los problemas respiratorios, la diabetes, la demencia y el cáncer de pulmón. Los y las Socialistas y Demócratas estamos presionando por una nueva y ambiciosa Directiva sobre la calidad del aire ambiente que proteja a la ciudadanía y reduzca la contaminación en nuestro medio ambiente.
Presionamos a favor de un entorno de trabajo más seguro y equilibrado, con repercusiones positivas tanto para el bienestar físico como mental, mediante una legislación sobre salud y seguridad en el lugar de trabajo. Hemos trabajado duro en la revisión de la Directiva sobre el amianto en el trabajo. Asimismo, abordamos los riesgos psicosociales de trabajar con enfermedades mentales, especialmente en lo relativo al teletrabajo y el derecho a la desconexión.
El Grupo S&D ha pedido que se renueven los esfuerzos, la coordinación y la financiación a escala de la UE para abordar de forma concreta la creciente crisis de salud mental, especialmente en el contexto de los trastornos de salud mental durante la pandemia y la postpandemia.
Abogamos firmemente por un acceso justo, rápido, equitativo y asequible a las vacunas y los tratamientos en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Nos centramos en medidas que mejoren la asequibilidad, la accesibilidad y la disponibilidad de los medicamentos en todos los Estados miembros, para lo que defendemos una sólida Estrategia Farmacéutica de la UE. El impacto medioambiental de los productos farmacéuticos, su producción y sus consiguientes residuos es también una cuestión cada vez más preocupante que exige una importante mejora de las evaluaciones de los riesgos medioambientales de los medicamentos previas a su autorización.
Los antimicrobianos, como los antibióticos, son medicamentos utilizados para prevenir y tratar infecciones. Si se utilizan en exceso, generan una resistencia, lo que hace que las bacterias o los virus dejen de responder a los medicamentos. Esto conlleva que las infecciones sean más difíciles de tratar, así como un mayor riesgo de transmisión de la enfermedad, enfermedad grave y muerte. Queremos tomar medidas para evitar el uso excesivo de antimicrobianos, así como los residuos farmacéuticos en el medio ambiente, y pedimos más investigación pública y privada para desarrollar antimicrobianos novedosos y efectivos con los que tratar a los pacientes. La RAM ya provoca 35.000 muertes al año en la Unión.
Tenemos que atender a los factores sociales, económicos y medioambientales, como la exposición a sustancias químicas peligrosas, de conformidad con el enfoque “Una sola salud”, y garantizar que toda la acción en materia de salud se ajuste plenamente a las propuestas del Pacto Verde Europeo.
Queremos plena transparencia en cuanto al precio neto y el reembolso de los distintos tratamientos para que los Estados miembros puedan gozar de igualdad de condiciones cuando negocian con las compañías farmacéuticas tratamientos que no se adquieren de forma conjunta. Los y las Socialistas y Demócratas también destacan la necesidad de garantizar la transparencia de los resultados de los ensayos clínicos mediante la rápida aplicación del Reglamento sobre ensayos clínicos, que ya lleva un enorme retraso.
Nos comprometemos a atajar el problema cada vez más prominente de la escasez de medicamentos, que pone en riesgo a la ciudadanía y hace peligrar la prestación de asistencia sanitaria. Alentamos la producción de ingredientes farmacéuticos activos y medicamentos esenciales en Europa, así como la seguridad del suministro en la UE, garantizando recursos propios y por ende reduciendo la dependencia de terceros países, a través de firmes medidas legislativas.
Queremos un enfoque coordinado, colaborativo y abierto en el ámbito de la investigación que nos ayude a prevenir futuras pandemias y a recuperarnos de ellas, así como a abordar necesidades médicas no cubiertas y grandes necesidades médicas no cubiertas. En este sentido, necesitamos un nuevo enfoque con respecto a la investigación sanitaria europea y una ampliación presupuestaria del programa de salud de la UE para alcanzar dichos objetivos.
Queremos facilitar la prestación de asistencia sanitaria transfronteriza en la Unión a través de la creación de un espacio europeo de datos sanitarios (EEDS).