Cuando el VIH/SIDA se convirtió en una pandemia en la década de los 80, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el Día Mundial del SIDA, que se celebra el 1 de diciembre. Ahora se ve a menudo el lazo rojo en la calle, que simboliza la solidaridad con los afectados, el dolor por los fallecidos y que intenta concienciar sobre el riesgo individual.

Norbert Neuser, coordinador del Grupo S&D en la comisión de Desarrollo, dijo:

“El reparto de la carga mundial del VIH es muy desigual. Mientras la tasa de infección en Europa se sitúa generalmente en torno al 0,1 y el 0,2 por ciento, una de cada tres personas en Swazilandia está infectada con el VIH. El 70% de los 37 millones de personas afectadas en el mundo vive en el África subsahariana. Según la OMS, cerca de 14,9 millones de personas de todo el mundo tienen acceso a antivirales en todo el planeta. Es menos de la mitad de los 37 millones de personas infectadas; especialmente, en los países en desarrollo, donde a menudo no disponen de sistemas de atención sanitaria ni de medicinas y, de haberlos, se ofrecen en programas verticales. Sin embargo, la situación general de salud de los países mejoraría, si todos los afectados pudieran acceder a tratamiento en instalaciones de atención sanitaria completas y habituales”.  
 
Linda McAvan, presidenta del Grupo S&D de la comisión de Desarrollo, dijo:

“En la Agenda 2030, las Naciones Unidas se han fijado el objetivo de reducir el número de nuevas infecciones hasta el punto de que la enfermedad pierda su consternación como una epidemia, y también de que el número de casos descienda a nivel mundial. El ONUSIDA incluso habla de “ninguna infección nueva”. Sin embargo, también tenemos que ocuparnos de las necesidades de los afectados: nuestro objetivo debe ser garantizar que todas las personas infectadas por el VIH en todo el mundo puedan acceder a tratamiento en los sistemas nacionales de atención sanitaria. Además, tenemos que tener en cuenta que el 60 por ciento de las personas infectadas son mujeres, que a menudo sufren más discriminación e incluso violencia debido a su situación. Una vez más, esto muestra la importancia de luchar por la salud y los derechos sexuales y reproductivos”.

Miriam Dalli,  coordinadora del Grupo S&D en la comisión de Medio Ambiente y Salud Pública, añadió:

“Los últimos datos sobre el VIH muestran que en el 2015 se registró el número más elevado de casos en un año desde que empezaran a contabilizarse en la década de los 80. Los datos acumulativos en la Región Europea superan ahora los dos millones, con el registro de 153.000 nuevos casos solo en el año 2015*. El aumento del 7% del año anterior muestra que, aunque se están realizando esfuerzos significativos, no basta. Junto a todas las partes interesadas relevantes de la región, debemos trabajar para reforzar e implementar el plan de acción de la OMC que acordaron los países de la Región Europea en septiembre del 2016 para abordar efectivamente esta situación crítica y promover mayores esfuerzos para realizar pruebas del VIH y prestar cuidados. Esto también debe tenerse en cuenta cuando se revise el plan de acción de la Unión Europea sobre el VIH/SIDA, que concluye este año”.