Los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo piden a la Comisión Europea que sea extremadamente cautelosa con cualquier cambio realizado en la legislación europea sobre la industria del automóvil. En su opinión, estas modificaciones deberían limitarse a respaldar la aplicación de las normas existentes y no deberían reabrir el debate sobre el marco legislativo vigente. Este llamamiento se ha producido durante el debate plenario en el Parlamento Europeo sobre el Plan de Acción para la industria del automóvil, presentado por la Comisión Europea. Según el Grupo S&D, la electrificación es sin duda la vía de descarbonización más rentable para la industria del automóvil, y 2035 debe seguir siendo el año límite para la fabricación de vehículos nuevos con motores de combustión interna en Europa.
Mohammed Chahim, vicepresidente del Grupo S&D responsable del Pacto Verde para la Industria, la Energía y el Clima, y la financiación de la transición justa, ha declarado:
“La Comisión Europea tiene que ceñirse al objetivo que todos acordamos: 2035 tiene que seguir siendo el año en que se fabriquen los últimos vehículos nuevos con motores de combustión interna en la UE. La Unión debe convertirse en un mercado interior sólido para los vehículos de emisiones cero y reforzar los incentivos para que los europeos y europeas saquen más vehículos de emisiones cero a nuestras calles y carreteras. Nuestro Grupo está convencido de que la estabilidad y la claridad reglamentarias garantizarán la seguridad de las inversiones y nos ayudarán a mantener el sector del automóvil de la UE a la vanguardia de la innovación tecnológica.
“El apoyo a la transición justa es de suma importancia para la industria del automóvil de la UE. Los fabricantes de automóviles tienen que someterse a una condicionalidad social y nos decepciona que la Comisión Europea haya ignorado este punto en su Plan de Acción. Si un fabricante de coches desea utilizar financiación europea o nacional para facilitar la transición hacia una economía climáticamente neutra, debe incluir medidas que promuevan el diálogo social y la negociación colectiva. No debería concederse apoyo financiero de la UE a empresas que no cumplan las condiciones de trabajo y empleo aplicables derivadas del Derecho laboral europeo o nacional, o de los convenios colectivos pertinentes.
“Tenemos que garantizar la soberanía tecnológica de la UE. Los vehículos de hoy ya no son concebibles sin software. Para lograr este objetivo, hemos de evitar una dependencia excesiva de proveedores de fuera de la UE. Tenemos que impulsar nuestras propias infraestructuras digitales, en particular en materia de informática en la nube, conectividad, seguridad y capacidades de hardware y software. Puesto que muchas baterías para vehículos europeos habrán de fabricarse en la UE, acogemos con satisfacción los objetivos de la Comisión para aumentar su cifra de aquí a 2030.
“Si queremos ver más vehículos de emisiones cero en nuestras calles, tenemos que hacer que sean más atractivos y asequibles para los europeos y europeas. Esto puede conseguirse mediante programas de arrendamiento social e incentivos fiscales y no fiscales para los compradores. Es una lástima que la Comisión no mencione en su Plan de Acción la creación de un instrumento europeo a tal fin. En su lugar, se limita a recomendar a los Estados miembros que adopten medidas y reduzcan la denominada ‘pobreza del transporte’. Creemos que establecer un plan europeo de arrendamiento social para los coches eléctricos es una iniciativa fundamental que podría ofrecer una solución socialmente progresista a los europeos y europeas desfavorecidos, creando al mismo tiempo nuevos mercados para la industria europea del automóvil”.