El Grupo S&D del Parlamento Europeo quiere que la Unión Europea utilice el peso de su mercado único de 450 millones de consumidores y consumidoras para establecer normas internacionales de conducta empresarial responsable y garantizar que las empresas conocen el impacto medioambiental, social y sobre los derechos humanos de sus operaciones.  

 

Hoy, los eurodiputados y las eurodiputadas de la comisión de Asuntos Jurídicos han aprobado el informe sobre la diligencia corporativa debida y la responsabilidad corporativa, elaborado por la eurodiputada del Grupo S&D Lara Wolters.

 

El Grupo S&D ha liderado los esfuerzos para enviar un fuerte mensaje a la Comisión Europea de que presente propuestas ambiciosas para un régimen único de la Unión Europea sobre conducta empresarial responsable a lo largo de toda la cadena de suministro.

 

Lara Wolters, eurodiputada del Grupo S&D y ponente de la diligencia debida en la comisión de Asuntos Jurídicos, afirmó:

 

“En la Unión Europea compramos ropa, alimentos y teléfonos sabiendo que su utilización es segura, pero no sabemos si se han fabricado causando daño al medioambiente o a los derechos humanos. Solo una tercera parte de las empresas de la Unión Europea realiza las comprobaciones de diligencia debida en la cadena de suministro, con lo cual queda sobradamente claro que los estándares voluntarios tienen limitaciones.

 

“Con la votación de hoy, el Parlamento Europeo pide normas que garanticen que las empresas tienen en vigor las comprobaciones y los procesos apropiados de cara a evitar y mitigar cualquier impacto negativo que haya a lo largo de toda la cadena de suministro. Con esta normativa, queremos que todos los Estados miembros introduzcan normas de responsabilidad civil que garanticen que las empresas sean responsables por cualquier daño causado. El Grupo S&D también tiene intención de mantener la presión de cara a pedir el acceso a la justicia de las víctimas de países terceros donde queremos que las normas de diligencia debida sean el reglamento aplicable cuando la filial de una empresa matriz de la Unión Europea cause un daño. Ahora es el momento apropiado para establecer el criterio de referencia a la hora de hacer negocios. Cualquiera que quiera hacer negocios en el mercado único debe adherirse a las normas, incluyendo las empresas que estén ubicadas fuera de la Unión Europea”.

 

Raphaël Glucksmann, eurodiputado del Grupo S&D y ponente sobre diligencia debida en la subcomisión de Derechos Humanos, afirmó:  

 

“Ahora estamos en un momento decisivo, cuando tenemos la posibilidad de cambiar la forma en la que se estructura el comercio internacional y devolver el control de la globalización, imponiendo normas de principios.

 

“Con legislación ambiciosa de diligencia debida de derechos humanos, podemos finalmente acabar con la impunidad y la irresponsabilidad de las empresas que se benefician y sacan provecho del trabajo infantil y el trabajo forzado a través de sus proveedores extranjeros. Debemos asegurarnos de que las empresas cuyos productos son fabricados por uigures esclavizados en China responden por esos delitos, que les permiten ganar dinero.

 

“La Unión Europea es el mercado de consumo más grande del mundo, por lo tanto, la única forma de hacerlo es a nivel europeo. Por ello, estoy contento de que el texto que se ha aprobado hoy sea ambicioso y progresista. Enviamos un fuerte mensaje a la Comisión Europea de que esta Cámara no aceptará ninguna versión suave, superficial o voluntaria de diligencia debida. Si se diseña bien y se implementa y aplica cuidadosamente, la diligencia debida es la mejor herramienta para garantizar que no seamos cómplices de cualquier violación flagrante de los derechos humanos, sociales o medioambientales”.

 

Bernd Lange, eurodiputado del Grupo S&D y presidente de la comisión de Comercio Internacional, afirmó:

 

“El café que nos bebemos o el muesli de chocolate que nos tomamos por la mañana podrían haberse producido con frutas cultivadas en áreas deforestadas que fueron recogidas por niños y niñas mediante trabajo forzado. Queremos que las empresas también hagan frente a su responsabilidad por las condiciones de producción en los países terceros de cara a luchar contra el trabajo forzado e infantil, así como contra los métodos de producción que contaminan nuestros suelos, el agua que bebemos y el aire que respiramos. Debemos empezar por las cadenas de suministro con objeto de implementar normas justas para la globalización. El Grupo S&D está liderando el impulso en el Parlamento Europeo con la finalidad de crear obligaciones medioambientales y de derechos humanos que sean claras para las empresas. Queremos normas con garra que abarquen la cadena de suministro completa, creen transparencia y utilicen la influencia de los acuerdos comerciales actuales y de los instrumentos comerciales. Las nuevas normas deben garantizar que los productos fabricados con trabajo forzado no puedan venderse en el mercado interior y que se mejoran las condiciones de producción. Nuestra responsabilidad no acaba en nuestras fronteras.

 

“La política comercial de la Unión Europea es una herramienta para dibujar nuestro futuro común. Con nuestra propuesta de diligencia debida estamos presionando por una política comercial progresista que protegerá el planeta y a las personas”.

Eurodiputados que participan
Jefe de delegación
Miembro
Francia
Miembro
Alemania
Miembro
Los Países Bajos