Hoy ha sido un día fundamental para el Parlamento Europeo en lo que respecta a las ambiciones reales de la Unión Europea de cara a abordar la crisis climática y cumplir con el objetivo de la Ley Europea del Clima de convertir a Europa en el primer continente neutro en carbono para 2050.

Gracias a los incesantes esfuerzos del Grupo S&D, el Parlamento Europeo ha adoptado algunas medidas concretas para tratar de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990, como se establece en el paquete “Fit for 55”.

Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D han luchado por una transición verde, pero que tenga un corazón rojo.

Lamentablemente, las fuerzas de la derecha han diluido algunos dossieres fundamentales, como la revisión del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE), poniendo en peligro las ambiciones climáticas de la Unión Europea.

Sin embargo, como progresistas, nos hemos asegurado de que todas las medidas del paquete “Fit for 55” que se han aprobado vayan acompañadas de mecanismos fuertes de justicia social y solidaridad que compensen los costes, a fin de garantizar que esta transición no sólo se lleve a cabo, sino que también sea socialmente justa.

La eurodiputada del Grupo S&D y ponente, Delara Burkhardt, dijo:

“Los bosques, las praderas y los páramos han sido hasta ahora los grandes desamparados de la política climática europea. Sin embargo, sabemos que los ecosistemas que están sanos pueden eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera y almacenarlos. Por ello, la reforma del Reglamento sobre el uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura (UTCUTS) aspira a que la naturaleza pase de ser el elemento subestimado a la pieza central de la política climática de la Unión Europea.

“La propuesta de Reglamento inicial de la Comisión Europea establecía un objetivo de 310 millones de toneladas (Mt) como volumen de gases de efecto invernadero que en el futuro debían almacenar los llamados “sumideros naturales”, como bosques, praderas y páramos, para 2030.

“El lobby agrícola y forestal, en colaboración con los conservadores y la extrema derecha, evitó un incremento del objetivo de eliminación de CO2 por los sumideros naturales, que los Socialistas y Demócratas hemos estado impulsando. Al menos hemos conseguido defender el nivel de ambición propuesto por la Comisión Europea.

“Hemos logrado incluir nuevos criterios de biodiversidad en el Reglamento UTCUTS, facilitando incentivos para que los Estados miembros lleven a cabo una gestión forestal que sea más sostenible y restauren los ecosistemas. Así es como podemos afrontar juntos la doble crisis del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

“Asimismo, hemos conseguido introducir en este Reglamento obligaciones para que los Estados miembros evalúen y tengan en cuenta la evolución laboral de este sector económico. El uso de la tierra y la silvicultura es un sector en el que las condiciones de trabajo suelen ser deficientes. Al mismo tiempo, el sector experimentará algunos cambios significativos en los próximos años para contribuir mejor a los objetivos climáticos de la Unión Europea. También hace falta una transición justa para los trabajadores y las trabajadoras de la agricultura y la silvicultura”.

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