Cuando la Comisión Europea está a punto de desvelar este jueves su largamente esperado Pacto Oceánico Europeo, antes de la Conferencia de la ONU sobre los Océanos que tendrá lugar en Niza (Francia) del 9 al 13 de junio, el Grupo S&D insta a la Unión Europea a que esté a la altura de las circunstancias. El tiempo de los compromisos vagos y las políticas blandas se ha acabado. Lo que Europa necesita ahora es un plan audaz, vinculante y ambicioso para afrontar las crecientes amenazas medioambientales, geopolíticas y sociales a las que se enfrentan nuestros océanos y comunidades costeras.
Para los S&D, el Pacto por los Océanos representa una oportunidad histórica, pero sólo si va acompañado de una hoja de ruta concreta y de objetivos aplicables y mensurables. Debe convertirse en un instrumento real para luchar contra las crisis del clima y la biodiversidad, reforzar la soberanía europea en un mundo cada vez más inestable y ofrecer mejoras tangibles para las comunidades costeras y los pescadores.
Christophe Clergeau, co-vicepresidente del S&D para el Pacto Verde, dijo:
"La reciente autorización de la minería de aguas profundas por parte de Estados Unidos es una dura advertencia: nuestros océanos siguen sitiados. Europa debe liderar la resistencia contra esta destrucción ecológica. Los océanos son el mayor sumidero de carbono del mundo. Son uno de nuestros mayores aliados naturales en la lucha contra el cambio climático y, sin embargo, seguimos permitiendo su saqueo. Debemos actuar para restaurar nuestros océanos, proteger la biodiversidad marina, elaborar un programa de contaminación cero y un tratado sobre los plásticos, poner fin a prácticas destructivas como la minería de aguas profundas, garantizar una pesca sostenible y descarbonizar el transporte marítimo. Dado que unos océanos contaminados significan ausencia de biodiversidad, de alimentos y de futuro, es imperativo que protejamos el 30% de las zonas oceánicas de aquí a 2030, incluido el 10% bajo un alto nivel de protección, especialmente a través de zonas marinas protegidas.
"En un mundo cada vez más inestable, Europa no puede permitirse el lujo de ignorar sus responsabilidades. Con 25 millones de km² de Zonas Económicas Exclusivas, la UE es la mayor potencia marítima del planeta. Es hora de dejar de actuar como un gigante dormido. Reclamar nuestra soberanía en los sistemas alimentarios, las energías renovables azules y la defensa empieza por tomar medidas audaces y estratégicas en el mar.
"Se trata también de una cuestión de justicia social y económica. El 40% de los ciudadanos de la UE vive en regiones costeras o insulares. El Pacto por los Océanos debe crear puestos de trabajo de alta calidad en la pesca, el turismo y las industrias marinas ecológicas, con el respaldo de la inversión pública, la formación profesional y el apoyo a los buques de construcción europea en el transporte marítimo de corta distancia. Para aprovechar estas oportunidades, necesitamos introducir un principio de integración marítima para adaptar las legislaciones existentes y nuevas a las especificidades marítimas.
"Y no debemos ignorar las realidades sociales de las islas, las zonas costeras y las regiones ultraperiféricas: aumento vertiginoso de los precios de la vivienda, reducción de los servicios públicos y desigualdad creciente. El Pacto debe incluir un sólido pilar social que garantice viviendas asequibles, ayudas a medida para las zonas remotas e inversiones reales en educación, infraestructuras y servicios, con fuertes vínculos con la política de cohesión y una estrecha cooperación con las autoridades locales y regionales.
"Si la UE quiere predicar con el ejemplo, debe demostrarlo con ambición y una actuación eficaz. Esto empieza por aplicar plenamente la legislación vigente, no por diluirla en nombre de la simplificación. Para tener éxito donde antes no lo hemos tenido, necesitamos una mayor cooperación transnacional mediante estrategias de cuenca marítima y la revisión coordinada de la Directiva sobre ordenación del espacio marítimo y la Directiva marco sobre la estrategia marina. El Pacto por los Océanos, para convertirse en un punto de inflexión, debe traducirse en una Ley de los Océanos, un texto legislativo, con compromisos claros y vinculantes que se cumplan sobre el terreno".
