Mientras continúa la brutal guerra rusa contra Ucrania, todos y todas nos sentimos alentados por las muestras de solidaridad hacia los refugiados y las refugiadas por parte de la ciudadanía y la sociedad civil de Polonia y Hungría. Sin embargo, los gobiernos de ambos países están desmantelando cada vez más el Estado de derecho y la democracia.
Por ello, los Socialistas y Demócratas han instado hoy a los Estados miembros y a la Comisión Europea a no transigir con los valores europeos compartidos, y a utilizar plenamente todos los instrumentos de los cuales dispone la Unión Europea a fin de defender la democracia en Polonia, Hungría y el resto de Europa.
En una Resolución votada el jueves, el Parlamento Europeo exigirá que el Consejo de la Unión Europea lleve el procedimiento del artículo 7 (1) al siguiente nivel, y adopte –por mayoría cualificada– recomendaciones concretas para Polonia y Hungría. El proyecto de texto, que ya han consensuado los principales grupos políticos, insiste en que tanto la Comisión Europea como el Consejo de la Unión Europea se abstengan de aprobar fondos de recuperación para Polonia y Hungría, en el marco del Mecanismo de Recuperación, hasta que se produzca una mejora real sobre el terreno. Además, la Resolución también pide que el mecanismo de condicionalidad del Estado de derecho, que finalmente se activó en el caso de Hungría a finales de abril, se aplique ahora de inmediato en el caso de Polonia.
Katarina Barley, vicepresidenta del Parlamento Europeo y negociadora del Grupo S&D para la Resolución, dijo en el pleno:
“La Unión Europea es más que una cooperación económica. Como dejan claro los tratados europeos, se trata de una unión basada en valores compartidos: la democracia, el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y los derechos de las minorías. Ello es fundamental: la democracia significa que la mayoría tiene derecho a dictar las normas. Pero como mayoría también hay que respetar los derechos de quienes son diferentes, de los que piensan diferente, de quienes tienen un aspecto diferente, de los que tienen creencias diferentes. En eso consiste exactamente la Unión Europea. Por desgracia, los gobiernos de Polonia y Hungría tienen un historial de violación de esos valores y derechos. Quiero dejarlo claro: no son los ciudadanos y las ciudadanas de Polonia y Hungría, que actualmente se ocupan de forma tan admirable de los refugiados y las refugiadas de Ucrania, son los gobiernos.
“En Hungría, no hemos visto unas elecciones justas en los últimos nueve años, y la corrupción y la malversación de fondos de la Unión Europea están fuera de control. En Polonia, el gobierno del PiS (Ley y Justicia, por sus siglas en polaco) lleva siete años aboliendo la independencia del poder judicial y ahora también está socavando el ordenamiento jurídico de la Unión Europea y negando la primacía fundacional del derecho comunitario. Esos son los hechos y todo esto debe acabarse. Se trata de protegernos a todos y todas, de proteger lo que compartimos y el ordenamiento jurídico de la Unión Europea. Los ciudadanos y las ciudadanas han identificado todo ello como fundamental para el futuro de la Unión Europea en la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
“Como Parlamento Europeo, le exigimos tres cosas al Consejo de la Unión Europea: primero, que sea transparente. En segundo lugar, que haga un seguimiento a las audiencias en virtud del artículo 7, con recomendaciones concretas a los Estados miembros en cuestión. Para ello no hace falta la unanimidad. En tercer lugar, que tengan en cuenta los hechos que ya están ahí: los numerosos informes de expertos independientes, de las instituciones de la Unión Europea, las sentencias del Tribunal de Justicia Europeo. El Consejo de la Unión Europea debe actuar. Se lo debe a los 450 millones de ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea y a muchas más personas que miran hacia la Unión Europea por sus valores, que quieren formar parte de ella por sus valores, y que luchan y dan su vida para defender estos mismos valores”.
