Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D han votado hoy a favor de un informe que defiende que la Unión Europea siga ocupándose de su propia regulación bancaria y financiera en el Mercado Interior y de la aplicación del misma cuando se hagan negocios con países terceros. Además, el informe le pide a la Comisión Europea que provea sistemas de equivalencia que sean más robustos, estables y transparentes.   

“Equivalencia” se refiere a un proceso por el cual la Comisión Europea, de manera unilateral, evalúa y determina si el régimen regulador, supervisor y de aplicación de un país tercero es equivalente al marco jurídico correspondiente de la Unión Europea. Cuando sea equivalente, las autoridades de la Unión Europea podrán confiar en el cumplimiento del marco jurídico del país tercero por parte de las entidades de países terceros. La “equivalencia” es uno de los ejemplos de la solución post-crisis dirigida a garantizar la estabilidad, restaurar la confianza del mercado y facilitar disposiciones transfronterizas de servicios financieros.  

El negociador del Grupo S&D para la regulación de los servicios financieros, el eurodiputado Jonás Fernández Álvarez, añadió:

“El informe que se ha votado hoy es un paso importante para garantizar la estabilidad del Mercado Interior. Reitera que la Unión Europea debe seguir a cargo de sus propias reglas y conservar sus competencias cuando se trata de la “equivalencia”. Es esencial garantizar la estabilidad financiera, altos niveles de protección del consumidor y del inversor y la transparencia en la toma de decisiones.

“Es importante que las entidades financieras de países terceros que ofrecen servicios financieros en el mercado europeo cuenten con regulación y supervisión financieras tan exigentes como en los países europeos, y que puedan por lo tanto considerarse “equivalentes” a las de la Unión Europea. A la vista del Brexit, las normas deben volverse más transparentes”.

La portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Grupo, la eurodiputada Pervenche Berès, afirmó:

“La votación de hoy nos recuerda la crisis financiera de 2008 y las repercusiones que tuvo para los ciudadanos y las ciudadanas europeos y el sistema financiero y bancario de la Unión Europea. Diez años después de la crisis financiera, debemos garantizar que no se cae en la trampa de la complacencia. Con esta finalidad, es clave disponer de una regulación robusta, estable y transparente para los servicios financieros. Con el Brexit en el horizonte, la Unión Europea debe garantizar que no se rebajan las normas del Mercado Único y que no existen lagunas jurídicas que permitan la evasión fiscal, el fraude fiscal, la elusión fiscal o el blanqueo de dinero.  

“Para nosotros y nosotras, los Socialistas y Demócratas, es fundamental que no haya una carrera de mínimos en la supervisión financiera para atraer a inversores”.  

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