Manipular el cuentakilómetros para hacer ver que un vehículo tiene menos kilómetros de los que en realidad ha hecho es demasiado fácil y demasiado barato. Así es como muchos europeos y europeas han acabado siendo engañados al comprar un coche de segunda mano.

El Parlamento Europeo apoyará mañana un informe del eurodiputado del Grupo S&D Ismail Ertug, que aspira a crear obstáculos jurídicos, técnicos y operativos para que las manipulaciones sean bien imposibles o bien tan largas, difíciles y caras que no merezca la pena realizarlas.  

Entre el 5% y el 12% de los vehículos que se venden en los mercados nacionales han sido manipulados. A nivel europeo este problema es incluso mayor, ya que el porcentaje llega del 30 al 50% de todos los vehículos del comercio transfronterizo. Los estudios confirman que el coste económico total para los consumidores y las consumidoras europeos está entre 6.000 y 9.000 millones de euros anuales.

Ismail Ertug afirmó:

“Esta clase de fraude no solo impone costes injustos y adicionales a los consumidores, las aseguradoras, los vendedores de coches de segunda mano, las empresas de leasing y también los fabricantes; sino que también supone una amenaza grave a la seguridad vial. Mi informe sugiere cuatro medidas para luchar eficientemente contra estas manipulaciones: bases de datos de kilometraje a nivel de los Estados miembros, mayor seguridad del hardware y el software de los coches nuevos, acceso a los datos de kilometraje de los vehículos conectados y un mayor enjuiciamiento penal.

“Es particularmente injusto porque este fraude hiere especialmente a aquellos ciudadanos y ciudadanas que ya tienen problemas económicos y no pueden permitirse comprar un coche nuevo. Los propietarios de un coche de segunda mano seguirían así una lista de inspección y mantenimiento errónea, que a su vez llevaría a una sustitución errónea o aplazada de partes y componentes. Los desgastes prematuros llevarían a más mantenimiento y reparaciones y, debido a los costes inesperados que muchas personas no pueden asumir, a vehículos más inseguros en las carreteras.

“Algunos países de la Unión Europea como Bélgica ya han creado sistemas de bases de datos que almacenan registros de kilometraje de Inspecciones Técnicas Periódicas, mantenimiento y visitas de inspección de garajes. Como resultado, el número de coches con cuentakilómetros manipulados prácticamente ha desaparecido. Para tener el mismo efecto en el comercio transfronterizo, tres factores son cruciales: los datos deben recopilarse a nivel del Estado miembro, deben corregirse y tiene que ser posible acceder a esos datos transfronterizos.

“Por eso, la solución de crear una base de datos europea podría ayudar a recopilar los datos de manera uniforme y permitir el intercambio transfronterizo. Sugiero construir en base a estructuras existentes como EUCARIS, porque sería un enfoque rentable.

“Esas medidas contra el fraude de los cuentakilómetros son efectivas, baratas y están listas para utilizarse. La Comisión Europea debe actuar con prontitud y proponer un marco legislativo después de nuestras recomendaciones. ¡Podemos crear un valor añadido directo e inmediato para los ciudadanos y las ciudadanas europeos!”