Tras el anuncio del Comisario Roswall el pasado viernes de que el Presidente de la Comisión tiene la intención de retirar la Directiva sobre "reclamos verdes", el Consejo de la UE acaba de decidir cancelar el diálogo final a tres bandas previsto para hoy. Y ello a pesar de que no tenía motivos técnicos ni jurídicos para hacerlo, y de que ambos colegisladores -Parlamento y Consejo- estaban dispuestos y cerca de llegar a un acuerdo final.
Los Socialistas y Demócratas condenan enérgicamente la decisión de última hora de la Comisión Europea, seguida hoy por el Consejo de la UE, de acabar con la Directiva sobre las reivindicaciones ecológicas, en alianza con el Partido Popular Europeo (PPE) y la extrema derecha.
Esto no es hacer política. Esto es sabotaje político. La Comisión, en lugar de hacer honor a su papel institucional de intermediario honesto, está ahora haciendo abiertamente recados partidistas para el PPE, incumpliendo los poderes que le confiere el Tratado y en detrimento de los ciudadanos de la UE, los consumidores y la acción por el clima.
Tiemo Wölken, portavoz del S&D en la Comisión de Medio Ambiente, Clima y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo y ponente de la directiva, dijo:
"Llamemos a esto por su nombre: un ataque coordinado de la Comisión y el PPE contra la legislación verde. El momento no es casual: se trata de un intento cínico de acabar con una legislación importante que protegería a los consumidores del lavado verde y garantizaría la honestidad de las declaraciones medioambientales". Ursula von der Leyen, como jefa de la Comisión, está traicionando su mandato y convirtiendo la Comisión en el cuartel general del PPE. Es un escándalo institucional.
"Se trata de un caso claro de abuso de poder partidista de la Comisión en contra de los intereses de los ciudadanos europeos. Retirarlo solo unos días antes del acuerdo interinstitucional es imprudente, infundado y antidemocrático".
Laura Ballarin, ponente alternativa del S&D y portavoz de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo, dijo:
"El comportamiento del PPE en este expediente, con el apoyo del comisario Roswall y tras meses de negociaciones, es indignante. Han utilizado excusas infundadas y mentiras, socavando el mandato del Parlamento -que votaron en dos ocasiones y que excluía claramente a las microempresas del ámbito de aplicación de la directiva-, contrariamente a lo que afirman".
"La Directiva de Alegaciones Verdes está diseñada para proteger a los consumidores del lavado verde y garantizar alegaciones medioambientales honestas. Retirarla días antes del acuerdo interinstitucional no es sólo una falta de respeto al Parlamento: es un sabotaje a la democracia de la UE".
