Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D se han abstenido hoy en la votación final sobre el Producto Paneuropeo de Pensiones Individuales (PEPP, por sus siglas en inglés) porque al compromiso final le faltaría un enfoque que sea realmente paneuropeo, manteniendo el proceso de autorización a nivel nacional. Sin embargo, el Parlamento Europeo, liderado por el Grupo S&D, ha logrado una serie de mejoras en la protección del consumidor en el PEPP durante las negociaciones interinstitucionales. El PEPP forma parte del llamado tercer pilar de pensiones privadas, tras el primer pilar de pensiones estatales y el segundo pilar de pensiones de empresa. Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D seguirán dándole prioridad a un mayor desarrollo y a la mejora del primer y seguro pilar para facilitar una protección social segura y sustancial a todos los ciudadanos y ciudadanas durante la vejez.

 

Pervenche Berès, portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Grupo S&D, afirmó:

“El resultado del nuevo producto paneuropeo de pensiones individuales está lejos de ser lo que los Socialistas y Demócratas han pedido. Nos preocupa el papel secundario que tiene la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (AESPJ), que el Consejo no ha reforzado, sino que incluso ha debilitado durante las negociaciones. Después de este texto, será posible otorgar la bandera paneuropea a los productos de pensiones siempre que se presenten en dos países. En su estado actual, el PEPP es solamente un pared pintada que se ha construido mal”.  

 

Roberto Gualtieri, presidente de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, afirmó:

“Hemos logrado una serie de mejoras en la protección del consumidor, concretamente el límite del 1% en el PEPP básico y la asesoría obligatoria. El Grupo S&D lideró al equipo negociador del Parlamento Europeo para lograr estos objetivos frente a las reticencias de los Estados miembros. Sin embargo, la falta de ambición de los Estados miembros ha limitado la naturaleza paneuropea del producto y, por lo tanto, hemos decidido abstenernos en la votación final. Una vez más, el Consejo de la Unión Europea ha perdido la ocasión de mostrar una visión europea en este informe, como ya ha sucedido en los últimos meses con otros informes importantes como el Reglamento sobre la Infraestructura del Mercado Europeo (EMIR, por sus siglas en inglés) 2.2 y en la revisión de las Autoridades Europeas de Supervisión (AES)”.