Los pagos con cargo al presupuesto europeo solo deberían ser posibles si las actividades que financian respetan: los derechos sociales, el salario mínimo, la seguridad en el trabajo, la salud, el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada y la ordenación del tiempo de trabajo. Esta es la nueva disposición promovida e incorporada por los Socialistas y Demócratas en el Reglamento financiero de la UE adoptada hoy en una sesión de votación conjunta de las comisiones de Presupuestos y Control Presupuestario del Parlamento Europeo. Este principio —conocido como condicionalidad social— es una gran victoria para los Socialistas y Demócratas en la antesala de las negociaciones interinstitucionales, puesto que habían propuesto cambios en el Reglamento financiero para establecer normas sobre cómo pueden gastarse los fondos del presupuesto de la UE.
Nils Ušakovs, eurodiputado del Grupo S&D y negociador sobre el asunto en la comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo, ha declarado:
“La condicionalidad social ha sido una prioridad fundamental para nuestro Grupo en la negociación de las modificaciones del Reglamento financiero con otros grupos políticos del Parlamento Europeo. En una Unión de valores, son imprescindibles unos elevados niveles de protección social, y tenemos la firme convicción de que el dinero de la UE solo debe financiar programas y actividades que respeten los convenios colectivos y las condiciones de trabajo, así como los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Me alegro de que nuestro Grupo haya conseguido una amplia mayoría en la votación en la fase de comisión, y trabajaremos con empeño para mantenerla de cara a la próxima adopción del mandato para las negociaciones interinstitucionales en el Pleno del Parlamento Europeo”.
Claudiu Manda, eurodiputado del Grupo S&D y negociador sobre el asunto en la comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo, ha afirmado:
“Esperábamos una mejor propuesta de nuevas normas sobre cómo pueden gastarse los fondos de la UE con arreglo al Reglamento financiero. Sin embargo, lo que la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa no ha colmado nuestras expectativas, especialmente en lo que respecta a la capacidad del Parlamento Europeo para supervisar el cumplimiento de la normativa de gasto.
La ciudadanía europea confía en que el Parlamento Europeo ejerza el control presupuestario y el enfoque burocrático de restringir el papel del PE resulta inaceptable. Los Socialistas y Demócratas hemos realizado un enorme esfuerzo y me complace que hayamos mejorado considerablemente el Reglamento financiero en muchos aspectos, como la condicionalidad social y el control presupuestario”.
