Hoy, el Parlamento Europeo, con su principal negociadora, la eurodiputada del Grupo S&D Irene Tinagli, ha llegado a un acuerdo con los gobiernos de la Unión Europea sobre el desarrollo de mercados secundarios que sean seguros para los préstamos no productivos, que faciliten una rápida desconsolidación de los balances generales de los bancos mientras se fomenta la aplicación de medidas de tolerancia que permitan que los prestatarios renegocien o refinancien sus préstamos. Cuando las secuelas económicas de la pandemia de la Covid-19 están golpeando con fuerza los sustentos y a las empresas de toda Europa, se espera un incremento de los préstamos morosos. Ello podría debilitar la capacidad de los bancos de prestar a las empresas y los hogares, poniendo, por lo tanto, en riesgo una pronta recuperación En este sentido, introducir normas comunes en la actividad de los servicios crediticios y las compras crediticias, así como medidas apropiadas de tolerancia respecto a los deudores que tengan dificultades de pago, son un elemento clave. Durante las negociaciones, el Grupo S&D ha conseguido mejorar significativamente las nuevas normas, especialmente restringiendo el alcance de los préstamos no productivos e introduciendo requisitos más estrictos para los servicios crediticios y una mejor protección de los deudores.

La eurodiputada del Grupo S&D, Irene Tinagli, que es la presidenta de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y la negociadora del Parlamento Europeo sobre los préstamos no productivos, afirmó:

“El acuerdo de hoy sienta la base de un auténtico mercado secundario europeo para los préstamos no productivos que sea eficiente y esté bien regulado. Ese avance debe ir de la mano de todos los esfuerzos posibles por parte de los acreedores de cara a lograr que el crédito vuelva a ser productivo, así como del mayor nivel posible de protección de los deudores. Con esta Directiva, hemos introducido medidas que favorecen la renegociación y la refinanciación de los préstamos, de forma que los prestatarios que tengan dificultades de pago puedan beneficiarse de mejores condiciones y disponer de más tiempo para cumplir con sus obligaciones. Estas medidas no solo protegen a los deudores, sino que también reducirán las pérdidas de los acreedores, especialmente en comparación con el coste que supone vender el crédito en el mercado secundario. Cuando la economía todavía sufre las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, no podemos arriesgarnos a poner en peligro la recuperación con decisiones que penalicen a los hogares y las empresas.  

“El principal objetivo del Grupo S&D en las negociaciones era proteger mejor a los deudores. Con las normas que se han acordado hoy, los deudores y las deudoras seguirán teniendo los mismos derechos y el mismo nivel de protección que les garantizaba su contrato original, incluso tras la venta de su crédito deteriorado a un nuevo acreedor. También hemos conseguido incluir códigos claros de conducta para los servicios y los compradores en relación con los deudores, y nuevas obligaciones claras de información en las actividades del cobro de las deudas. Además, antes de vender el préstamo, los acreedores siempre tendrán que realizar una evaluación del deudor en la cual se tengan en cuenta las circunstancias individuales de los consumidores y las consumidoras, sus intereses, sus derechos y su capacidad de devolución de la deuda. Con estas medidas garantizamos que los bancos realizan todos los esfuerzos posibles para ayudar al deudor a estar en una posición de poder devolver el crédito”.

Nota para los redactores:

Un préstamo no productivo (NPL, por sus siglas en inglés) es un préstamo donde un prestatario no ha devuelto el dinero. Cuando un banco tiene demasiados préstamos morosos en su balance general se crean problemas de liquidez en los bancos y, por lo tanto, esos préstamos improductivos crean obstáculos a la hora de facilitar buenos créditos.

Esta Directiva sobre los mercados secundarios de préstamos no productivos pretende introducir normas comunes para la actividad de los prestamistas y los compradores de créditos. En la actualidad, las normas sobre la compra y la revisión de los créditos son muy distintas entre los países de la Unión Europea, que van de enfoques muy liberales a otros más prudentes, mientras que algunos países de la Unión Europea ni siquiera disponen de normativa. Esta Directiva es otro elemento de la estrategia integral de reducción de los préstamos no productivos recogida en el Plan de Acción del Consejo de la Unión Europea en julio de 2017 y llega tras medidas previas que reforzaron la supervisión e introdujeron un apoyo a las disposiciones prudenciales. El acuerdo que se ha alcanzado hoy todavía requiere ser aprobado por el pleno del Parlamento Europeo.

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