En el 2011 la Unión Europea adoptó una Directiva sobre la aplicación de los derechos de los pacientes en la atención sanitaria transfronteriza. Se suponía que la norma iba a mejorar el acceso de todos los ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea a la atención sanitaria, pero se han identificado muchas deficiencias en su implementación. Un informe que ha aprobado hoy el Parlamento Europeo realiza recomendaciones.

El portavoz del Grupo S&D para salud transfronteriza, el eurodiputado Tiemo Woelken, afirmó:

“Todos los pacientes de la Unión Europea deben tener el mismo derecho a acceder a una atención sanitaria que sea segura y de gran calidad en otros países de la Unión Europea, por muchos motivos distintos: por ejemplo, poder acceder a especialistas que no estén disponibles donde viven; evitar largas listas de espera; o porque residen cerca de una frontera.

“Sin embargo, la situación actual es que la mayoría de los ciudadanos y las ciudadanas ni siquiera están al tanto de que tienen la posibilidad de recibir un tratamiento transfronterizo. Los Estados miembros deben hacer más para facilitar atención sanitaria transfronteriza, así como informar a los pacientes sobre sus derechos. Queremos que la Comisión Europea y los Estados miembros trabajen conjuntamente para simplificar los procedimientos de reembolso de los pacientes que reciben atención sanitaria transfronteriza.

“Informar sobre los derechos de los pacientes es complejo y el nivel actual de calidad de la información no está adaptado a la necesidad real de los pacientes europeos. Por eso, los puntos de contacto nacionales que se han creado tienen una labor significativa que llevar a cabo. Deben facilitar información completa y, sobre todo, entendible para ayudar a los pacientes a tomar sus decisiones”.

La portavoz de Salud del Grupo S&D, la eurodiputada Miriam Dalli, afirmó:

“Debemos asegurarnos de que disponemos del marco jurídico apropiado para que todos los ciudadanos y ciudadanas disfruten de un acceso igual a los sistemas de atención sanitaria, facilitando  una cooperación más estrecha en una serie de áreas, incluyendo la salud digital y el tratamiento de las enfermedades raras.

“El problema real es que el nivel de conocimiento de los ciudadanos y las ciudadanas acerca de sus derechos –concretamente su derecho a recibir un reembolso– es sumamente bajo.

“Además, debemos disponer de un marco apropiado que contrarreste el abuso y promover precios justos de los productos farmacéuticos que utilizan los pacientes, donde quiera que se encuentren en la Unión Europea. Tiene que realizarse un esfuerzo en este área a nivel de la Unión Europea para que ello suceda”.

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