La comisión parlamentaria de Industria, Investigación y Energía ha aprobado hoy importantes recomendaciones sobre cómo utilizar la innovación para impulsar la energía limpia en la Unión Europea. El objetivo de los Socialistas y Demócratas es garantizar que la sostenibilidad humana y medioambiental van de la mano, garantizando una transición justa hacia una economía “descarbonizada”.
El portavoz de Industria y Energía del Grupo S&D, el eurodiputado Dan Nica, afirmó:
“La innovación puede, y debe, desempeñar un papel crucial en el desarrollo de nuevas tecnologías para ayudar a las empresas y a las familias a adaptarse a una economía de bajo carbono. La innovación energética puede impulsar la eficiencia, ayudarnos a ahorrar en facturas energéticas y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
“La Unión Europea y los Estados miembros deben contribuir acelerando estos desarrollos técnicos y hay que instaurar una legislación apropiada para traer certidumbre jurídica a los que invierten en innovación”.
El portavoz del Grupo S&D para este informe, el eurodiputado Peter Kouroumbashev, afirmó:
“La innovación en energía limpia beneficiará a los consumidores y a las empresas facilitando energía a precios asequibles, mejor información sobre su consumo y una utilización más personalizada que esté adaptada a sus necesidades. Las PYMES (pequeñas y medianas empresas) y las start-ups deben jugar un papel clave en el proceso de desbloquear todo el potencial de la innovación. Hay que empoderar a las autoridades locales y regionales europeas para que puedan desarrollar, financiar y desplegar proyectos de innovación energética según sus necesidades particulares.
“Sin embargo, no todos los países de la Unión Europea están igualmente preparados para impulsar y utilizar la innovación, y a algunos Estados miembros les falta capacidad y los fondos para desarrollar plenamente estas políticas. Las disparidades geográficas entre países son obvias y es crucial que la Unión Europea facilite un marco financiero coherente y simplificado para reforzar las capacidades de los Estados miembros.
“La Comisión Europea debe reconocer los beneficios de la movilidad electrónica y la movilidad del hidrógeno y apoyar la financiación de la innovación en esta dirección, así como un mayor desarrollo de las pilas, las soluciones de almacenamiento y las infraestructuras de recarga”.
