Las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación internacional realizan una contribución significativa al cambio climático mundial y sus emisiones son unas de las fuentes de CO2 que más rápido crecen. Reducir el impacto de la aviación sobre el clima será esencial si queremos cumplir nuestro compromiso del Acuerdo de París.

La Unión Europea intentó reducir esas emisiones incluyendo al sector de la aviación en su Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE). Sin embargo, los vuelos internacionales que salían de la Unión Europea estaban exentos, a la espera del trabajo sobre un régimen internacional que realizaba la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). En la OACI se ha alcanzado un acuerdo para crear un sistema mundial de compensación (CORSIA) que comprometerá a los participantes a un crecimiento neutro de carbono por encima de los niveles de emisión de 2020. Sin embargo, quedan temas importantes en relación con su integridad medioambiental.

El Parlamento Europeo votará hoy sobre un acuerdo que ampliará la llamada exención de “suspensión del cómputo de plazos” de los vuelos internacionales; pero la limita a 2023, a la espera de la revisión del CORSIA* por parte de la Comisión Europea. También incluye medidas para proteger la integridad del RCDE de la Unión Europea en caso de un Brexit duro.  

 

El portavoz del Grupo S&D para el RCDE de la aviación, el eurodiputado Seb Dance, afirmó:

“Una exención indefinida de los vuelos internacionales, como habían propuesto la Comisión Europea y el Consejo, le habría dado a la OACI un cheque en blanco y habría sido una acción imprudente dado lo poco que sabemos acerca de cómo funcionará CORSIA. Fijando un plazo a esa exención, Europa tiene ahora influencia para presionar por un sistema internacional que sea más ambicioso y para conseguir que la aviación contribuya a combatir el cambio climático. Si CORSIA no ofrece resultados, entonces la Unión Europea debe estar dispuesta a volver a incluir los vuelos internacionales en el RCDE.

“Es esencial que la OACI y la Comisión Europea se comprometan con la plena transparencia mientras se desarrollan las normas del CORSIA. Es preocupante que la OACI siga tomando decisiones con una falta de escrutinio público que ha permitido desarrollar y debilitar la política del clima aisladamente.

“El Reino Unido siempre ha sido un firme defensor del RCDE de la Unión Europea y de las medidas del clima en general, y un gobierno sensato se comprometería a seguir formando parte del mayor mercado de carbono del mundo. Que no lo haya hecho está causando incertidumbre e inestabilidad en la industria”.

 

* Nota para los editores

El CORSIA (Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional) es un régimen de compensación de carbono que les pide a las aerolíneas que compren créditos de compensación por una parte de la contaminación que esté por encima de los niveles de 2020 para compensar una parte del crecimiento futuro. El régimen empezará en 2021, pero no es obligatorio hasta 2027. A diferencia del RCDE, la medida no promueve las reducciones de emisiones, ya que “el objetivo al que aspira” es solo “un crecimiento neutro de carbono respecto a los niveles de 2020”, permitiendo el crecimiento ilimitado del sector y sin abordar las emisiones por debajo de los niveles de 2020.