Una medida sin precedentes en un momento sin precedentes. Qué quiere decir: que habrá nuevos fondos adicionales para el sector agrícola y rural europeo, ahora. La comisión de Agricultura ha dado así luz verde a que se adelante al 1 de enero de 2021 la asignación de más de 8.000 millones de euros del Instrumento Europeo de Recuperación (ERI, por sus siglas en inglés) a apoyar al sector, tras la pandemia de la Covid-19. Lo que es más importante, estos fondos supondrán un estímulo económico de cara a allanar el camino a un sector que sea más resiliente, sostenible y digital, en línea con los objetivos del Pacto Verde Europeo y las estrategias Biodiversidad y “De la granja al plato”. Estos fondos, que inicialmente se vincularon a la entrada en vigor de la Reforma de la PAC (Política Agrícola Común) de 2023, en la propuesta de la Comisión Europea, estarán disponibles hasta el 31 de diciembre de 2022. 

El ponente del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural y coordinador del Grupo S&D en la comisión de Agricultura, Paolo De Castro, afirmó:

“Una vez más, el Parlamento Europeo ha escuchado las necesidades reales y las peticiones de ayuda de nuestros ciudadanos y ciudadanas y del sector rural y agroalimentario. Esta decisión valiente y muy oportuna, apoyada por una contundente mayoría de la comisión de Agricultura, será la base de nuestro mandato negociador y nos permitirá poner en marcha de inmediato las negociaciones interinstitucionales con la Comisión Europea y el Consejo.  

“Estamos particularmente orgullosos de haber garantizado que estos fondos se dirigirán a mejorar la resiliencia, la sostenibilidad y digitalización del sector, y no solamente a financiar que las cosas sigan como siempre.  

“Por lo tanto, al menos, el 37% de los recursos adicionales se destinarán y se centrarán en la agricultura orgánica; la mitigación y la adaptación al cambio climático, incluyendo la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura; la conservación del suelo, incluyendo la mejorar de la fertilidad del suelo mediante la retención de carbono; la mejora de la utilización y la gestión del agua, incluyendo el ahorro de agua y el alcantarillado; la creación, la conservación y la restauración de los hábitats que sean favorables a la biodiversidad; la reducción de los riesgos y los impactos del uso de pesticidas y antimicrobianos; la salud y el bienestar animal; y, finalmente, el programa LEADER (relaciones entre actividades de desarrollo de la economía rural).”

“Finalmente, pero no por ello menos importante, el 55% de los fondos se destinarán a apoyar a los jóvenes agricultores y a impulsar la inversión en desarrollo económico y social de las áreas rurales mediante el apoyo a las pequeñas cadenas de suministro y a los mercados locales, la innovación, la agricultura inteligente y de precisión, las condiciones de seguridad en el trabajo, la energía renovable y la economía circular.

“Como progresistas, estamos orgullosos de haber contribuido enormemente a este objetivo y de haber presionado a la Unión Europea para que muestre una solidaridad concreta con uno de los sectores que, incluso en los días más oscuros de la pandemia de la Covid-19, nunca ha dado un paso atrás en relación con su responsabilidad y sus obligaciones con los ciudadanos y las ciudadanas europeos”.  

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