Después de tensos momentos en el Consejo, los negociadores de los Estados miembros y del Parlamento Europeo apoyaron anoche el compromiso político sobre el primer patrón mundial de productos financieros sostenibles. Este sistema unificado de clasificación, la llamada taxonomía, establece criterios armonizados para determinar si una actividad económica es medioambientalmente sostenible. Es el último, y más importante, tercer pilar del paquete de finanzas sostenibles. Los Socialistas y Demócratas consideran que la taxonomía es un instrumento esencial en una transición justa hacia una economía y una sociedad que sean sostenibles y donde nadie se quede atrás. Con este apoyo, el compromiso político alcanzado el 5 de diciembre ha sido finalmente confirmado, tras el rechazo inicial por parte de los Estados miembros. Algunos cambios superficiales al texto bastaron para lograr una mayoría cualificada en el Consejo de la Unión Europea.

Paul Tang, eurodiputado y negociador del S&D sobre la taxonomía, afirmó:

“Anoche, el Parlamento Europeo y el Consejo apoyaron el acuerdo político sobre la creación de los primeros criterios internacionales de inversión pública. Esta iniciativa liberará miles de millones de euros para la lucha contra la emergencia climática y forma la piedra angular del Pacto Verde Europeo. Hemos luchado y hemos ganado la batalla para incluir el principio “que no suponga un perjuicio significativo para los objetivos sociales”. Ahora, solo se considerará que los productos son sostenibles cuando no sean perjudiciales para objetivos sociales como la igualdad, la cohesión social, la integración social y las buenas relaciones laborales. Por citar un ejemplo concreto, un coche eléctrico cuya batería se fabrique con trabajo infantil no podrá etiquetarse como sostenible.

“También hemos tenido éxito a la hora de incrementar considerablemente las obligaciones corporativas. Las compañías y los bancos tendrán que declarar qué parte de su facturación total se obtiene de actividades que sean medioambientalmente sostenibles y cuánto están invirtiendo en sostenibilidad. La sostenibilidad ya no puede ser un simple apéndice para las empresas, sino que debe situarse en el centro de su plan de negocio.   

“Nuestro objetivo es que el dinero sirva a la gente y al planeta. El acuerdo de hoy es un gran avance hacia una Europa sostenible que no deja a nadie atrás”. 

Simona Bonafè, eurodiputada y negociadora del S&D sobre la taxonomía, afirmó:

“Europa necesita al menos 180.000 millones de euros de inversiones adicionales en energía renovable y eficiencia energética cada año para luchar contra la emergencia climática. Movilizar capital privado para inversiones sostenibles en todos los sectores económicos es clave para nuestro futuro. Queremos asegurarnos de que la industria financiera asume más responsabilidad, llevando realmente dinero a más proyectos que sean más sostenibles y no permitiéndoles que lo eludan con intentos de lavado de imagen verde. Los nuevos patrones permitirán que los inversores tomen buenas decisiones e influyan en la lucha contra la emergencia climática.

“Hemos conseguido excluir claramente cualquier actividad que implique que los combustibles fósiles sólidos se etiqueten como sostenibles. Además, hemos garantizado que todos los criterios y umbrales técnicos de evaluación para identificar actividades económicas sostenibles se definan y aprueben bajo la supervisión del Parlamento Europeo, lo cual nos permitirá tener una última palabra sobre el nivel de ambición del marco de la taxonomía. También son realmente buenas noticias el hecho de que podamos incluir salvaguardas sobre los residuos en este Reglamento. Ninguna actividad económica se considerará medioambientalmente sostenible cuando el vertido a largo plazo de residuos pueda causar un daño significativo y duradero al medio ambiente”.  

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