Antes de la votación plenaria de la próxima semana, los Socialistas y Demócratas han debatido hoy su documento político sobre el Mercado Único Sostenible para los Consumidores y las Empresas. En el documento, le piden a la Comisión Europea que presente propuestas legislativas ambiciosas, que hacen falta para adaptar el mercado único a los desafíos que presentan el clima y la degradación medioambiental, y describen por qué hacerlo es un asunto social. 

En contra de los conservadores y los liberales, los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D piden una prohibición efectiva de las prácticas de obsolescencia prematura que buscan reducir la durabilidad de los productos. También insisten en un etiquetado obligatorio –y no solamente voluntario como quiere el PPE (Partido Popular Europeo)– sobre la durabilidad y la reparación de los productos, de forma que  los consumidores y las consumidoras puedan tomar decisiones informadas de compra y se impulse el sector de la reutilización.

Además, los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D están presionando para abordar el tema de la destrucción de los productos que no se venden, y piden una reforma del mercado único que promueva una producción y unos patrones de consumo sostenibles mientras se salvaguarda un alto nivel de derechos de los trabajadores y las trabajadoras y, al mismo tiempo, se beneficia a la sociedad en su conjunto.

La eurodiputada Biljana Borzan, vicepresidenta de Protección del Consumidor del Grupo S&D, afirmó:

“El mercado único sostenible se sitúa en el centro de los debates de nuestro Grupo político: es una cuestión social mantenerlo ahí. Debemos garantizar que “volverse ecológico” no estará reservado a los ricos y los privilegiados. Debe traerse a un primer plano que los productos tengan más durabilidad, alinear las garantías jurídicas y comerciales, y regular fenómenos como la “moda rápida”, así como la destrucción de los productos que no se venden. Solo así se evitará que el Pacto Verde sea una promesa vacía.

“Pedimos la prohibición de la obsolescencia prematura de los productos y la introducción de un etiquetado obligatorio respecto a su durabilidad prevista y su reparación. Los ciudadanos y las ciudadanas deben saber en qué están gastando su dinero. Dado que el 77% de los ciudadanos preferirían reparar sus productos antes que comprar uno nuevo, le pedimos a la Comisión Europea que introduzca un derecho robusto de reparación para los consumidores mediante la disponibilidad de recambios a un precio razonable”.   

La eurodiputada Christel Schaldemose, portavoz de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Grupo S&D, añadió:

“Hacen falta urgentemente medidas concretas para luchar contra los daños a nuestro clima. Queremos lograr una transición justa, que evite que los grupos de ingresos bajos y medios tengan que soportar la mayor carga y que su coste de vida se vea incrementado. Debemos cambiar la forma en la que producimos y consumimos para proteger a nuestros ciudadanos y ciudadanas y al medio ambiente, y lograr un crecimiento económico que sea más sostenible. Todos los productos, incluyendo los que se importan a la Unión Europea, deben respetar los estándares más elevados posibles de protección medioambiental, salud humana y derechos humanos a lo largo de toda la cadena de valor.  

“La transición ecológica no trata meramente de fijar objetivos para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero; se trata de aportar soluciones para hacernos llegar a esos objetivos de manera sustancial. Con este documento político, nuestro grupo ha ofrecido sugerencias concretas para liderar el camino a un mercado único que sea sostenible”.

Nota para los redactores: 

El debate y la votación en plenario está prevista el lunes, 23 de noviembre.

Eurodiputados que participan
Jefa de delegación
Vicepresidenta
Croacia
Jefa de delegación
Coordinadora
Dinamarca
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